En la silenciosa biblioteca, donde los libros guardan secretos, se desarrolló una historia de amor que nunca olvidaría.
Sofía, una ávida lectora, se adentró en los estantes, su corazón acelerándose con anticipación. Buscando un nuevo tesoro literario, se topó con un tomo antiguo, sus páginas amarillentas prometían un misterio sin resolver.
Mientras sus dedos recorrían las palabras, un nombre garabateado llamó su atención: «Daniel». El corazón de Sofía dio un vuelco cuando reconoció la letra de su antiguo amor, perdido hace mucho tiempo. La nostalgia y el anhelo brotaron dentro de ella.
Páginas más adelante, encontró un poema desgarrador, un lamento por un amor no correspondido. Con cada verso, el dolor de Daniel saltaba de la página, haciéndose eco en el corazón de Sofía. Se dio cuenta de que sus sentimientos nunca habían cambiado.
Llena de determinación, Sofía buscó a Daniel. Para su sorpresa, seguía siendo el mismo hombre encantador y sensible que recordaba. Cuando sus miradas se cruzaron, el tiempo pareció detenerse.
En ese breve momento, Sofía comprendió que el secreto que había estado guardado en esa biblioteca no era solo un libro, sino el amor que habían compartido y que nunca se había extinguido. Reencontrándose en un lugar inesperado, Sofía y Daniel descubrieron que su historia de amor no había terminado, sino que solo comenzaba un nuevo capítulo, escrito entre las páginas de la vida misma.
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