Los pétalos del destino

En el jardín del destino, donde los pétalos bailaban con la brisa, nació nuestro amor.

Tú, una flor frágil, pero resiliente. Yo, una abeja atraída por tu dulzura. Nuestros caminos se cruzaron cuando mis alas tocaron tus pétalos aterciopelados. En ese instante, el tiempo se detuvo y el mundo se desvaneció.

Los días se convirtieron en noches mientras nos deleitábamos en nuestro néctar mutuo. El sol nos abrazaba, y la luna iluminaba nuestros sueños. Pero la vida, como un viento caprichoso, amenazó con separarnos.

Una tormenta se cernía sobre nosotros, trayendo consigo el miedo y la duda. Nuestros pétalos temblaron, temiendo la soledad que nos esperaba. Sin embargo, en medio del caos, descubrimos un vínculo inquebrantable.

Bajo la lluvia torrencial, nos aferramos el uno al otro, un faro de esperanza en la oscuridad. La tormenta pasó, dejando tras de sí un arco iris que simbolizaba la promesa de nuestro amor.

Y así, entre los pétalos del destino, floreció nuestra historia, un testimonio del amor que puede sobrevivir a todas las tormentas.


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