Los faroles de la esperanza

Bajo el cielo nocturno, donde los faroles de la esperanza brillaban como estrellas, se cruzaron dos almas solitarias.

Emma, una mujer joven con un corazón lleno de sueños rotos, se paseaba entre la multitud. De repente, su mirada se posó sobre un faro rojo intenso, que parecía llamar su atención. Al acercarse, vio a un hombre llamado Ethan, sus ojos verdes brillando con una mezcla de esperanza y vulnerabilidad.

La tensión era palpable mientras sus miradas se encontraban a través del resplandor del faro. Una chispa de reconocimiento se encendió dentro de ellos, como si el destino los hubiera estado guiando hacia este momento. Conversaron durante horas, compartiendo sus historias de amor perdido y anhelos secretos.

Mientras la noche avanzaba, los faroles se apagaron uno por uno, dejando solo el rojo intenso que los había unido. En ese instante de intimidad, Ethan tomó la mano de Emma y le dijo: «Tú eres mi faro de esperanza».

Las palabras de Ethan hicieron eco en el corazón de Emma, llenándolo de una nueva sensación de posibilidad. Juntos, salieron de la penumbra, sus pasos iluminados por el faro de su amor recién descubierto. Y así, los faroles de la esperanza que los habían reunido se convirtieron en un símbolo de su futuro compartido, lleno de amor y una promesa eterna.


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