Las luciérnagas del tiempo

¿Alguna vez has vislumbrado el destello de una luciérnaga en la noche más oscura? Dicen que traen buena suerte, pero para mí significaron un encuentro que cambió mi vida para siempre.

En medio de un bosque encantado, donde los árboles susurraban secretos, conocí a Luna. Era una chica etérea con ojos que brillaban como las estrellas y una sonrisa que iluminaba mi mundo. Hablamos durante horas, sintiendo una conexión inexplicable que trascendía el tiempo.

Cuando la noche se tornó profunda, las luciérnagas cobraron vida, parpadeando como pequeños faros de esperanza. De repente, una luciérnaga particularmente brillante nos rodeó, envolviéndonos en un aura mágica. En ese momento, sentí un extraño tirón, como si fuéramos transportados a otro lugar y época.

Nos encontramos en un campo floreciente, donde el aroma de las flores silvestres impregnaba el aire. El tiempo parecía haberse detenido mientras Luna y yo bailábamos entre las amapolas, riendo y compartiendo sueños.

Pero nuestro momento de ensueño llegó a su fin demasiado pronto. Con un destello, volvimos al presente, al bosque silencioso. Sin embargo, el vínculo que habíamos formado esa noche continuó brillando intensamente.

Desde entonces, las luciérnagas del tiempo han guiado mi camino, recordándome el amor que compartimos, un amor que trasciende el tiempo y el espacio. Y cada vez que veo su destello, sé que Luna está cerca, aunque su cuerpo esté lejos.


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