En medio del bullicio de la gran ciudad, donde las luces resplandecen como estrellas fugaces, se entrelazaron dos almas solitarias.
Olivia, una joven artista de espíritu libre, paseaba por las calles iluminadas cuando sus ojos se cruzaron con los de Ethan, un escritor introvertido. En ese instante, el tiempo pareció detenerse.
Sus mundos se entrelazaron como las luces de neón que parpadeaban a su alrededor. Conversaron durante horas, descubriendo sus pasiones secretas y anhelos ocultos. Ethan quedó cautivado por la imaginación vibrante de Olivia, mientras que ella se enamoró de su profundidad y sensibilidad.
Pero su felicidad se vio amenazada por un secreto que Ethan guardaba celosamente. Sufría de una enfermedad terminal y no quería que el dolor de la pérdida ensombreciera la alegría que compartían.
Cuando Olivia finalmente descubrió la verdad, su corazón se destrozó. Sin embargo, en lugar de dejarse llevar por la tristeza, decidió crear un momento inolvidable para su amor.
Bajo la resplandeciente luz de la luna llena, Olivia llevó a Ethan a un parque tranquilo. Juntos, pintaron un magnífico mural en un lienzo que representaba su amor. Mientras los trazos de color bailaban ante sus ojos, prometieron amarse hasta el último destello de luz.
Cuando el sol salió al día siguiente, Ethan había partido en paz. Olivia se quedó con el recuerdo de su amor y el mural que era un testigo silencioso de su historia. Y así, bajo las luces de la ciudad, el amor de Olivia y Ethan brilló en la oscuridad, un testimonio del poder perdurable de los lazos humanos.
Deja una respuesta