La promesa del invierno

**La promesa del invierno**

El frío del invierno envolvía el corazón de Lucía, pero una promesa ardía entre la nieve: el regreso de su amado, Miguel. Hacía meses que se había ido a tierras lejanas, dejando un vacío insondable.

Cada noche, Lucía miraba hacia el cielo, buscando una estrella que le devolviera la esperanza. Y una noche, bajo la luna de invierno, una carta llegó a su puerta. Con manos temblorosas, la abrió y leyó las palabras que palpitaban con amor: «Regresaré a tu lado, mi Lucía».

El tiempo se detuvo mientras la felicidad inundaba su ser. Los copos de nieve parecían celebrar su alegría, bailando ante su ventana. Pero la espera era una agonía dulce. Cada día era una cuenta regresiva hasta el momento en que se reencontrarían.

Finalmente, llegó el día prometido. Lucía corrió al lugar donde se habían prometido hacía tantos años. La nieve crujía bajo sus pies mientras su corazón latía con anticipación. Y entonces, lo vio: Miguel, de pie bajo un árbol nevado, con los brazos abiertos.

Se abrazaron con la fuerza del invierno, su amor un calor que derretía la frialdad del pasado. Lucía había esperado pacientemente, y su promesa se había cumplido. El invierno, que una vez había sido un símbolo de soledad, ahora era un testigo del poder del amor indestructible.


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