El vals bajo las estrellas

Bajo el manto estrellado, los acordes de un vals envolvían el ambiente como un hechizo. Entre la multitud, los ojos de Sofía se cruzaron con los de Mateo, un desconocido de irresistible mirada. En ese instante, el tiempo se detuvo.

Mientras bailaban, el vals se transformó en una danza de sus corazones. Cada paso era una promesa, cada giro una caricia. La música los transportaba a un mundo donde solo existían ellos dos.

Pero la noche tenía un secreto escondido. Un relámpago rasgó el cielo, anunciando una tormenta inminente. Mientras la lluvia caía torrencialmente, Sofía y Mateo se refugiaron bajo un árbol milenario.

Las gotas de lluvia bailaban sobre sus rostros, mezclándose con sus lágrimas de emoción. En ese refugio improvisado, sellaron su amor con un beso que desafió la furia de la tormenta.

Al amanecer, la tormenta había pasado. El vals bajo las estrellas quedó como un recuerdo imborrable, una historia de amor nacida en una noche mágica que los uniría para siempre.


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