Bajo el manto de una luna llena, en el susurro de la brisa nocturna, se selló un pacto. Marina, con sus ojos brillantes como estrellas, y Adrián, con su sonrisa cautivadora, unieron sus destinos bajo el cielo cómplice.
El tiempo fluyó como un río, llevando consigo momentos de amor, pasión y complicidad. Pero una noche, una sombra se cernió sobre ellos. Marina desapareció, dejando solo un rastro de misterio y desconsuelo.
Adrián, incansable, buscó por todas partes, su corazón roto en mil pedazos. Los días se convirtieron en noches, y las noches en días, hasta que una esperanza surgió en el horizonte. Un extraño amuleto, el mismo que Marina llevaba, apareció bajo la luna llena.
Siguiendo la guía del amuleto, Adrián llegó a un antiguo templo donde Marina estaba prisionera de un hechizo. Con un beso de amor verdadero, rompió el encantamiento y la trajo de vuelta a la luz de la luna.
En ese momento, bajo el resplandor plateado, su pacto se renovó, más fuerte e indestructible que nunca. Y así, Marina y Adrián demostraron que el amor verdadero puede vencer cualquier oscuridad, guiándolos hacia un futuro iluminado por el resplandor de la luna llena.
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