El jardín de las hadas

En un jardín secreto, donde las flores bailaban al ritmo de las alas de las hadas, floreció un amor extraordinario.

Celeste, una hada de ojos esmeralda, conoció a Ethan, un humano de cabello dorado. Sus encuentros bajo la tenue luz de las luciérnagas eran como poemas tejidos en el aire. Se reían, soñaban y compartían sus mundos secretos.

Pero había una sombra en su idílico jardín: la malvada Banshee, que ansiaba separar a Celeste y Ethan. Una noche, mientras bailaban bajo la luna plateada, Banshee hechizó a Celeste, robándole la voz.

Ethan cayó en la desesperación, buscando por todas partes a su amada. Sin embargo, los susurros del viento le guiaron hasta el Árbol del Recuerdo, donde descubrió que el hechizo solo podía romperse con un beso de verdadero amor.

Con el corazón latiéndole con fuerza, Ethan encontró a Celeste en un claro bañado de rocío. Acercándose a ella, la besó con ternura, rompiendo el hechizo. En ese momento, el jardín se iluminó con mil estrellas, celebrando la victoria del amor sobre la oscuridad.

Y así, Celeste y Ethan vivieron felices para siempre en el Jardín de las Hadas, su amor un faro de esperanza que resonó en cada corazón que lo conoció.


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