El árbol de los deseos

Bajo la sombra del imponente «Árbol de los Deseos», donde las hojas susurraban secretos de amor, se cruzaron sus miradas. Ella, una joven soñadora con el corazón inquieto; él, un artista enigmático con un pasado turbulento.

En medio del bullicio de la ciudad, su conexión fue un oasis de paz. Robaron momentos bajo el árbol, donde colgaban sus deseos escritos en papeles doblados. Ella deseaba encontrar un amor verdadero; él, una segunda oportunidad.

El árbol, testigo silencioso de su romance, parecía bendecir su unión. Pero el destino tenía otros planes. La sombra de su pasado lo alcanzó, amenazando con separarlos. Con el corazón roto, él se marchó, dejando atrás el árbol y el deseo de ella.

Los años pasaron, y ella nunca olvidó su amor bajo el árbol. Cada primavera, visitaba el lugar, dejando un nuevo deseo en sus ramas. Y cada otoño, las hojas caían, llevándose consigo sus esperanzas.

Un día, mientras se lamentaba bajo el árbol, sintió una suave caricia en su mejilla. Giró la cabeza y allí estaba él, marcado por el tiempo pero con la misma mirada que la había cautivado. El árbol había cumplido su último deseo: volver a reunirlos.

Entrelazaron sus dedos y caminaron bajo las hojas que caían, sus corazones llenos de un amor que había persistido a través de la adversidad. El «Árbol de los Deseos» había sido su refugio, su testigo y, finalmente, el catalizador de su reencuentro.


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