Las estrellas del destino

Bajo el manto estrellado, se cruzaron sus caminos, como si el destino hubiera tejido sus hilos invisibles. Él, un artista atormentado, ella, una mujer misteriosa y cautivadora.

Sus miradas se encontraron en el reflejo de las estrellas, encendiendo una chispa que ardió con intensidad. El tiempo parecía detenerse cuando sus almas se entrelazaron en un baile silencioso. Cada noche, se encontraban bajo el mismo cielo estrellado, sus corazones palpitando al unísono.

Pero el destino tenía otros planes. Una noche fatídica, una tormenta separó sus destinos, dejando solo el recuerdo de sus promesas rotas. Los años pasaron, pero el dolor de su pérdida nunca se desvaneció.

Un día, bajo un cielo familiar, sus ojos volvieron a encontrarse. El tiempo no había hecho mella en el amor que aún ardía entre ellos. Con un susurro lleno de nostalgia, él susurró: «Las estrellas del destino nos han vuelto a reunir».

Y así, bajo el manto estrellado, su amor renacía con más fuerza que nunca. Las estrellas que los habían separado ahora los unían, convirtiéndose en testigos eternos de su amor destinado.


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *