El collar del destino

El destino teje extraños hilos, como aquel collar perdido que unió a dos almas en un baile de máscaras. Ella, Sofía, una joven de ojos brillantes y sonrisa contagiosa; él, Mateo, un caballero misterioso con una mirada que ocultaba secretos.

Cuando sus dedos rozaron el delicado collar de perlas, una conexión innegable se encendió entre ellos. Perdidos en el torbellino de la música, cada mirada era una promesa de algo más. Pero el reloj marcó la medianoche, y con el último acorde, el collar desapareció, llevándose consigo el hechizo del momento.

Los días se convirtieron en noches en una búsqueda incansable. Cada esquina, cada plaza, guardaba un eco de sus sueños rotos. Hasta que el destino, caprichoso y cruel, jugó su última carta: Mateo encontró el collar, pero estaba en manos de otra.

El dolor se apoderó de Sofía, hasta que Mateo reveló la verdad. Había sido contratado para entregar el collar a su destinataria, una joven que había perdido la esperanza en el amor. Y en ese instante, Sofía comprendió el verdadero significado del collar del destino: no era un vínculo roto, sino un hilo que tejía historias de amor, uniéndolas en un tapiz eterno.


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