La sombra del amor perdido

Bajo el manto estrellado, donde los susurros se convierten en ilusiones, la sombra del amor perdido bailaba con el viento.

Él, un viajero solitario con un corazón cargado de anhelo, caminaba sin rumbo por las calles empedradas. Ella, un recuerdo distante, cuya sonrisa aún perseguía sus sueños. Como un fantasma etéreo, su presencia se cernía sobre él, un tormento dulce y una punzada de nostalgia.

Una noche, bajo la luz plateada de la luna, sus caminos se entrelazaron una vez más. Una mujer desconocida, con ojos que reflejaban un pasado familiar, chocó con él en la multitud. En un instante, el tiempo se detuvo. El latido de su corazón se aceleró, y una oleada de recuerdos lo inundó.

«¿Isabella?», susurró con voz temblorosa.

Ella se dio la vuelta, sus ojos se abrieron de par en par en reconocimiento. «Sebastián», murmuró su nombre, un temblor en su voz.

En ese instante, la sombra del amor perdido se disipó, reemplazada por la realidad palpitante de un reencuentro. Los años se habían desvanecido, dejando solo el vínculo inquebrantable que los unía. Juntos, bajo el cielo estrellado, reclamaron el amor que alguna vez se había perdido, un tesoro redescubierto que brillaba con un resplandor eterno.


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